En Corruptia las leyes se deciden entre cuatro paredes, y los senadores y senadoras son los que escucharán la voz del pueblo. El problema es que el verdadero objetivo de los senadores no es el bien común, sino los intereses creados en sus negocios privados. Cada senador velará por su agenda personal, aumentando su valor a travez de los proyectos a su favor. Los senadores podrán comprar votos via chantaje, sobornos, mentiras y triquiñuelas. Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia.
El objetivo principal es modificar los valores de los departamentos (economía, educación, cultura, medioambiente y defensa) y obtener los proyectos más valiosos en la agenda secreta. Cada turno, los senadores propondrán cartas de proyectos de su agenda secreta y los reubicarán en la agenda pública. Estas propuestas se votan, así que será necesario comprar los votos de los oponentes. Con cada nuevo proyecto, el número de oficiales por departamento cambiará, incrementando y disminuyendo su valor. Al final del juego, se formará una tabla de valores de acuerdo al número de oficiales en cada departamento. Con esta tabla de puntuaciones, común para todos los senadores, se calculará cuando vale cada proyecto de las agendas secretas, respectivamente. El senador o la senadora con mayor cantidad de punto en su agenda secreta será el ganador.
En definitiva, cada jugador tiene su propio conflicto de intereses que debe beneficiar secretamente. Repetimos: Cualquier similitud o semejanza con la realidad y una mera coincidencia.
Corruptia es un juego chileno. Sus autores son Feño Casals Caro y Cami Muñoz Villar. Ilustrado por Mala Imagen. Verdaderamente no imaginamos de dónde pudo haber provenido la inspiración para este juego. ¿Políticos corruptos? ¡que locura! Nosotros no vimos nada, pero de que estuvo weno… estuvo weno!
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